Celebramos hoy la fiesta de un gran personaje de la Iglesia apostólica: el evangelista san Marcos. Dicen los expertos que el Evangelio que hoy proclamamos no es la conclusión de su Evangelio, sino una añadidura posterior. La verdadera conclusión de Marcos sería ésta preocupante e inesperada constatación: “el silencio espantado de las Mujeres”: “Ellas -las mujeres- salieron huyendo del sepulcro, pues un gran temblor y espanto se había apoderado de ellas, y no dijeron nada a nadie porque tenían miedo” (Mc 16,8).Posteriormente, ante un final así, otro redactor tardío le añadió un resumen de las apariciones relatadas por los evangelistas Lucas y Juan y el mandato de misión a todo el mundo. La imagen adjunta está tomada de un relieve del arco de Tito de Roma, construido con motivo de la victoria del emperador Titulo sobre los judíos el 70. Representa el saqueo de Jerusalén y la destrucción del templo. Y en el fondo se aprecia el Codex Vaticanus del siglo IV, el más antiguo manuscrito completo, que es el Evangelio de Marcos y que también concluye en Mc 16, y 8.
Marcos, Mebasser de la vida de Jesús
La figura de san Marcos presenta características especiales, que hacen su Evangelio muy importante para nosotros, hoy.
- Marcos tituló su escrito: “Evangelio de Jesús, el Cristo, el Hijo de Dios”. La palabra “mebasser” significa “el mensajero de la Buena-Bella noticia”. El deutero-Isaías ya habló de este profeta, no de desgracias, sino de una noticia excelente: la llegada del Reino de Dios. “Qué bellos sobre los montes, los pies del Mebasser”. Esta palabra es traducida por Marcos con la palabra griega “Eu-angelion”, la Buena Noticia que es Jesucristo-Mebassar.
- La carta primera de Pedro se refiere, al final a él: “Os saluda la comunidad de Babilonia, y también Marcos, mi hijo” (1 Ped 5,14); Pedro ubica a Marcos en Roma (alegóricamente “Babilonia”) y le pone en estrecha conexión consigo, como su hijo espiritual.
- Hay autores que sitúan la redacción de este Evangelio en Roma, en torno al año 71 después de la destrucción del Templo de Jerusalén. Y, que por lo tanto, Marcos escribió este Evangelio en Roma.
- Marcos tiene el estilo de un relator de historias (storyteller) y, así, trata de captar la atención y de llegar al corazón de la gente para que sientan el misterio “tremendo y fascinante” de Jesús. Así como el profeta Nathan le llevó a David a la conciencia de su propio pecado, contándole una historia (la del pobre y su ovejita), así también Marcos relata las historias sobre Jesús para producir una reacción de conversión y pasión por Jesús en sus lectores u oyentes.
- Se dice que, buscando el origen genético de este Evangelio, sus autores son dos: Marcos y la comunidad cristiana de Roma. Entre ambos, con sus recuerdos y memorias, redactan un precioso Texto, Fue el primer evangelio. Los otros dos sinópticos, Mateo y Lucas, parten de él y lo acrecientan, corrigen y añaden otros datos.
- El primer Evangelio nace de la Misión: Marcos escribió para unos cristianos enfrentados con la desconfianza e incluso con persecuciones violentas. Marcos respondía así a cuestiones y sentimientos que existían entre los cristianos de Roma muy poco después de que llegaran a Roma los detalles de la destrucción del templo de Jerusalén en torno a los meses de julio o agosto de 71. El temido Tito podría también destruir el otro templo, el de la comunidad cristiana en Roma. Parece ser que muchas de las alusiones de Marcos tienen que ver con la situación política, social y religiosa de Roma entre el 69 y 71,
La Misión de la Seducción
La figura de Marcos Evangelista nos estimula a proclamar la Buena Noticia, el Evangelio, como auténticos Mebasser. Marcos nos hizo un servicio impagable al redactar su Evangelio y además escoger este término como título. ¿Qué hay mejor que transmitir buenas noticias? Hay muchos profetas de desgracias, de críticas permanentes, de amenazas, de malos augurios. Estos días también surgen en medio de nosotros. ¡Sólo ellos tienen la razón! ¡Los demás somos unos pobres ignorantes!
Marcos compuso su Evangelio en una Comunidad y con una Comunidad cristiana, en un contexto de Babilonia criminal. No podemos seguir discípulos de Jesús sin hacer discípulos. Hay que anunciar el Evangelio a todo el mundo, a todo el cosmos. No hemos de hacerlo como fundamentalistas. ¡Utilicemos la pastoral de la seducción, como el Resucitado nos dijo:
“Id por todo el mundo y proclamad la Buena Noticia a toda la creación… Estos son los signos que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque levan veneno no les hará daño, impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien” (Mc 16,15-18).
¿Podría haber una misión más seductora? El Señor resucitado está a través de su Espíritu con nosotros y signos de seducción no faltarán. Se renovará la fe en la tierra. No olvidemos, sin embargo, el estilo evangelizador de Marcos. La Misión fue la madre de su Evangelio. ¡Qué magnífica es la influencia del más breve Evangelio en millones de seguidores y seguidoras de Jesús! Marcos nos presentó a un Jesús muy humano (¡no ocultó sus sufrimientos, sus límites!), muy humilde (¡la imposición del secreto mesiánico!) y muy cercano a nosotros. Él definió a Jesús con una sola palabra: ¡Evangelio! es decir, la mejor noticia que puede esperar y de la que puede disfrutar la humanidad.
Plegaria
Te agradecemos, santa Ruah, el regalo que nos hiciste inspirando a Marcos y ofreciéndonos a través de él la joya del primer evangelio. Inspíranos como le inspiraste a él, para que seamos evangelio vivo de Jesús en nuestras palabras, obras y en nuestro ser.
Para contemplar y sintetizar el Evangelio de Marcos
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