El Abad y Obispo medieval Balduino de Cantorbery nos dejó en su Tratado 6 unas interesantes reflexiones sobre el discernimiento espiritual, que mantienen una admirable actualidad y están llena de sabiduría en el Espíritu. Dice así:
El Señor conoce, sin duda alguna, todos los pensamientos y sentimientos de nuestro corazón;
- en cuanto a nosotros, sólo podemos discernirlos en la medida en que el Señor nos lo concede.
- En efecto, el espíritu que está dentro del hombre
- no conoce todo lo que hay en el hombre,
- y en cuanto a sus pensamientos, voluntarios o no,
- no siempre juzga rectamente.
- Y, aunque los tiene ante los ojos de su mente, tiene la vista interior demasiado nublada para poder discernirlos con precisión.
Sucede, en efecto, muchas veces, que
- nuestro propio criterio u otra persona o el tentador nos hacen ver como bueno lo que Dios no juzga como tal.
- Hay algunas cosas que tienen una falsa apariencia de virtud, o también de vicio, que engañan a los ojos del corazón y vienen a ser como una impostura que embota la agudeza de la mente, hasta hacerle ver lo malo como bueno y viceversa;
- ello forma parte de nuestra miseria e ignorancia, muy lamentable y muy temible.
Está escrito: Hay caminos que parecen derechos, pero van a parar a la muerte.
Para evitar este peligro, nos advierte san Juan:
- Examinad si los espíritus vienen de Dios.
- Pero. ¿quién será capaz de examinar si los espíritus vienen de Dios, si Dios no le da el discernimiento de espíritus, con el que pueda examinar con agudeza y rectitud sus pensamientos, afectos e intenciones?
- Este discernimiento es la madre de todas las virtudes, y a todos es necesario, ya sea para la dirección espiritual de los demás, ya sea para corregir y ordenar la propia vida.
- La decisión en el obrar es recta cuando se rige por el beneplácito divino,
- la intención es buena cuando tiende a Dios sin doblez.
- De este modo,
- todo el cuerpo de nuestra vida y de cada una de nuestras acciones será luminoso,
- Si nuestro ojo está sano. Y el ojo sano es ojo y está sano cuando ve con claridad lo que hay que hacer y cuando, con recta intención, hace con sencillez lo que no hay que hacer con doblez.
- La recta decisión es incompatible con el error; la buena intención excluye la ficción. En esto consiste el verdadero discernimiento: en la unión de la recta decisión y de la buena intención.
Todo, por consiguiente, debemos hacerlo guiados por la luz del discernimiento, pensando que obramos en Dios y ante su presencia.
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Hola, podrán proporcionarme biografía de Balduino. Me interesa seguir estudiando sus tratados. Saludos.
Balduino de Ford, también conocido como Balduino de Canterbury, fue un eminente teólogo y abad inglés del siglo XII. Aunque no se menciona específicamente en los resultados de búsqueda, Balduino escribió varios tratados y sermones durante su estadía como abad en Ford, Inglaterra. Sus escritos, influenciados por la Sagrada Escritura y San Agustín, revelan un profundo conocimiento teológico y espiritual.
Algunas de las principales obras escritas por Balduino de Ford incluyen:
De sacramento altaris (Sobre el sacramento del altar)
De commendatione fidei (Sobre la recomendación de la fe)
Diversos tratados pequeños y sermones
Algunas cartas
Además, se conocen aproximadamente una docena de obras inéditas o extraviadas de Balduino. Lamentablemente, los resultados de búsqueda no proporcionan más detalles sobre el contenido específico de estos tratados y sermones.