Su origen
Durante el viaje de la colecta, Pablo se detiene en Corinto desde finales del año 54 hasta la primavera del año 55 (Hech 20,3), a la espera de iniciar el viaje a Jerusalén. Febe, señora de la casa en la que se congregaba la comunidad cristiana de Cencres, puerto oriental de Corinto, va a realizar un viaje a Éfeso. Pablo aprovecha esa ocasión para enviar una breve carta a la comunidad de Éfeso (Rom A: 16,1-23), recomendado a Febe, portadora de la carta y enviado saludos a sus numerosos colaboradores durante la larga misión en Éfeso y en Asia menor.
Que este texto fuera incluido en la carta de Pablo a los Romanos tendrá otras razones, pero es inverosímil que Pablo pudiera dirigir una lista de saludos como ésta a una comunidad no fundada, ni conocida personalmente por él, como era la comunidad de Roma. Por otra parte, el texto está después de la bendición de despedida de Rom 15,33, con la que se concluye la carta dirigida a la comunidad de Roma.
A pesar de su aparente trivialidad esta breve carta a la comunidad de Éfeso muestra que:
Ø En su misión contaba Pablo con muchos colaboradores, entre los cuales se incluían numerosas mujeres: colaboradores en Cencres, en Corinto, en Éfeso. Entre los colaboradores en Éfeso Pablo menciona expresamente a nueve mujeres: Prisca, María, Junia, Trifena, Trifosa, Pérside, la madre de Rufo, Julia y la hermana de Nereo. Ese dato sobre las mujeres colaboradoras se debe en gran medida a que la casa, ámbito principal de la actividad de las mujeres, era la base fundamental de la misión paulina.
Ø Las comunidades paulinas tenían un fuerte carácter familiar: estaban basadas en “la casa”: esas comunidades domésticas podían estar presididas tanto por varones como por mujeres, demostrando así la efectividad del principio mesiánico de igualdad entre el varón y la mujer dentro de las comunidades paulinas.
El texto de la carta: Rom A
Recomendación para Febe: 16,1-2
Cap.16,1 Os recomiendo a nuestra hermana Febe, que es servidora (diaconisa) de la Iglesia de Cencres: acogedla en el nombre del Señor, como se merecen los dedicados a Dios, y ayudadla en lo que necesite de vosotros. Pues ella, a su vez, ha dado hospitalidad a muchos e incluso a mí mismo.
Saludos: 16, 2-23
Ø 3 Saludos a Prisca y Áquila, mis colaboradores en el servicio a Cristo Jesús: arriesgaron sus cabezas para salvarme la vida; no solo les estoy agradecido, sino también todas las comunidades de los gentiles.
Ø 5 Saludos también a la Iglesia que se reúne en su casa. Saludos a mi querido amigo Epéneto, que es la primicia de los creyentes en Cristo de Asia.
Ø 6 Saludos a María, que ha trabajado mucho por vosotros.
Ø 7 Saludos a Andrónico y Junia, mis compatriotas y compañeros de prisión: son prominentes dentro del grupo de los emisarios (apóstoles) y se hicieron creyentes en Cristo antes que yo.
Ø 8 Saludos a Ampliato, mi amigo querido en el Señor.
Ø 9 Saludos a Urbano, colaborador nuestro en Cristo; y a mi querido amigo Estaquis.
Ø 10 Saludos a Apeles, acreditado en el servicio a Cristo. Saludos a los de la casa de Aristóbulo.
Ø 11 Saludos a mi compatriota Herodión. Saludos a los creyentes de la casa de Narciso.
Ø 12 Saludos a Trifena y a Trifosa, que trabajan en la tarea del Señor.
Ø Saludos a la querida Pérside, que trabajó mucho en el Señor.
Ø 13 Saludos a Rufo, excelente en la tarea del Señor y a su madre, que lo es también mía.
Ø 14 Saludos a Asíncrito, a Flegón, a Hermes, a Patrobas y a los hermanos que están con ellos.
Ø 15 Saludos a Filólogo y a Julia, a Nereo y a su hermana, lo mismo que a Olimpo y a los dedicados a Dios que están con ellos.
Ø 16 Saludaos los unos a los otros con el beso santo. Todas las Iglesias de Cristo os saludan.
17 Os ruego, hermanos, que os guardéis de los que suscitan divisiones y escándalos contra la doctrina que habéis aprendido; apartaos de ellos, 18 pues esos tales no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a su propio vientre, y, por medio de suaves palabras y lisonjas, seducen los corazones de los sencillos. 19 Vuestra obediencia se ha divulgado por todas partes; por lo cual, me alegro de vosotros. Pero quiero que seáis ingeniosos para el bien e inocentes para el mal. 20 Y el Dios de la paz aplastará bien pronto a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. (añadidura posterior)
Ø 21 Os saluda Timoteo, mi colaborador, lo mismo que Lucio, Jasón y Sosípatro, mis compatriotas.
Ø 22 Os saludo en el Señor yo, Tercio, que escribí esta carta.
Ø 23 Os saluda Gayo, anfitrión mío y de toda la comunidad.
Ø Os saluda Erasto, tesorero de la ciudad y también el hermano Cuarto.
Ø 25 Os saluda Erasto, cuestor de la ciudad, y Cuarto, nuestro hermano.
Alabanza conclusiva de la colección ecuménica de cartas paulinas: 16,25-27
A Aquel que puede consolidaros conforme al Evangelio mío y la predicación de Jesucristo: revelación de un Misterio mantenido en secreto durante siglos eternos, 26 pero manifestado al presente, por la Escrituras que lo predicen, por disposición del Dios eterno, dado a conocer a todos los gentiles para obediencia de la fe, 27 a Dios, el único sabio, por Jesucristo, ¡a él la gloria por los siglos de los siglos! Amén.
Esta carta a la comunidad de Éfeso llama la atención. Se encuentra incrustrada en la famosa carta a los Romanos. Parece ser una carta de recomendación. Es interesantísimo ver el grupo humano de colaboradoras y colaboradores a los que Pablo hace referencia.
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