Los pactos o alianzas entre los seres humanos suelen tener fecha de caducidad: son temporales. Las instituciones no se comprometen con sus empleados “para siempre”. Vivimos en la cultura de “fecha de caducidad”. Nada extraño que esta “caducidad” afecte también a pactos tan sagrados como el matrimonio, la profesión sacerdotal o la consagración religiosa. Este primer domingo de la Cuaresma nos proclama que los pactos de Dios con nosotros son “para siempre”.
Dividiré esta homilía en tres partes:
- El arco iris, señal del pacto
- Jesús, fiel en medio de la tentación
- El bautismo, sello de la Alianza.
El arco iris, señal del pacto
La primera lectura, tomada del libro del Génesis, nos dice que Dios -después del diluvio- estableció con Noé y sus hijos -como representantes de toda la humanidad- un pacto eterno, sin fecha de caducidad. Y escogió como señal el precioso arco-iris.
Así se comprometió el Dios-Creador: estableció alianza con la humanidad y con todos los seres vivientes de la creación. ¡Ya no habrá, nunca, un diluvio universal!
Jesús, fiel en medio de la tentación
Nos dice el evangelio de Marcos que “el Espíritu santo empujó a Jesús al desierto”. Allí Jesús permaneció durante 40 días, como el pueblo de Israel durante 40 años. Y de la misma forma que el Maligno Satanás había tentado al pueblo de Israel, así también sometió a Jesús a sus tentaciones.
San Marcos no detalla cuáles fueron las tentaciones. Le bastaba señalar que siempre detrás de cualquier tentación existe la perversa intención de romper la Alianza con Dios. Pero Jesús mostró siempre su soberanía… Y añade sorprendentemente el evangelista Marcos: ¡los ángeles le servían!
Poco después el rey Herodes arrestó a Juan Bautista y lo asesinó. Esa fue la señal que Jesús necesitaba para emprender su Misión desde Galilea, desde la periferia de Israel y comenzó a anunciar el cumplimiento de la Alianza: ¡Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios!
El bautismo, sello de la Alianza
La segunda lectura, tomada de la primera carta de san Pedro, completa el gran mensaje de la Alianza de Dios con la humanidad:
- Presenta a Jesús como “el inocente” que murió por los culpables para conducirnos a Dios.
- El que murió poseía el Espíritu Santo, y fue devuelto a la vida e incluso fue a proclamar el Mensaje a los encarcelados rebeldes desde tiempos de Noé. Es decir, la alianza de Noé era también para los entonces condenados al diluvio y que murieron
- El gran signo de la Alianza es ahora el Bautismo… en él somos liberados del diluvio, de la muerte.
La Cuaresma tiene, por eso, mucho que ver con el pacto del bautismo, con la fidelidad sin fecha de caducidad. Dios se mantiene fiel. Ahí está el arco-iris. Y nosotros, cristianos, ¿somos también fielescristianos? Dios nos muestra de ese modo que su Alianza con nosotros no tiene vuelta atrás. Y… por eso, algunos días sigue apareciendo sobre la tierra el Arco-iris. Dios es fiel.
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