Acaba de dejarnos, o de ser asumido en la Belleza, Paco Contreras. Me fue concedida la gracia de poderlo despedir unas horas antes de su muerte. Allí estaba sereno, en la cruz de la cama, con las señales de su dolor en su cuerpo. Los ojos cerrados y la respiración asistida. Allí estaba, esperando la llegada de la Luz, quien siempre vivió luminosamente. Allí estaba, esperando la gran Revelación, quien había dedicado gran parte de su actividad misionera y docente a presentar la belleza del Apocalipsis. La habitación del hospital era para mí como un espacio liminal: una antesala del aquella puerta abierta que te hace entrar donde está el Trono y el Cordero.
Un hermano claretiano, Pepe Hernández, le acaricia el brazo, y después la frente, mientras le susurra que he venido a visitarle. Él abre ligeramente los ojos haciendo una señal de aprobación. Después los cierra. Besé el brazo de aquel cuerpo que ya estaba rendido. Conmigo estaba en aquel momento todo el agradecimiento personal e institucional del ITVR hacia la persona siempre afable, cercana, disponible de Paco Contreras.
¡Cuánto me impresionaban sus poemas de amor! ¡Qué alegría sentí al conocer un hermano, presbítero, misionero, apóstol, con una tan exquisita sensibilidad! Parecía que la inocencia y la ingenuidad se había apoderado de él. Recuerdo la última conversación, aquí en mi comunidad de Buen Suceso. Me hablaba de la Belleza ydel Cristo de san Damián. La enfermedad se iba convirtiendo en su mistagoga… le acercaba a gran velocidad hacia la séptima morada.
Paco nos dejó un reguero de obras escritas, en las cuales su espíritu sigue vivo.
Francisco Contreras Molina nacio en Granada el 1948; fue catedrático de Sagrada Escritura en la Facultad de Teología de Granada, Doctor en Teología, licenciado en Sagrada Escritura, licenciado en lenguas semíticas. Ha sido durante tiempo formador de jóvenes misioneros claretianos. Es diplomado en cinematografía y poeta.
Entre sus obras destacan: El Espíritu en el libro del Apocalipsis, Salamanca 1987, Comentario al libro del Apocalipsis, Madrid 1990, El Señor de la Vida, Salamanca 1990, Iglesia de testigos, Granada 1993, Estoy a la puerta y llamo, Salamanca 1999, Revelación de amor. A zaga del Cantar de los Cantares, Madrid 1991, La canción del Nacimiento, Madrid 1993, La Nueva Jerusalén. Esperanza de la Iglesia, Salamanca 1998, Un padre tenía dos hijos, Verbo Divino, María, belleza de Dios y madre nuestra, Verbo Divino, Leer la Biblia como Palabra de Dios, Verbo Divino, El Cristo de san Damián, Apocalipsis. Comentario didáctico a la Biblia, El Cristo de san Damián y san Francisco de Asís, La Virgen del Perpetuo Socorro, A la sombra de Dios Trinidad; Sonetos de Jesús crucificado, El Espíritu, fuente viva del amor.
Adios, Paco. Antes eras profeta de la Belleza, ahora testigo en primera línea. No te olvides de nosotros. Sigue bendiciéndonos y que tu sonrisa -de niño perenne- y tu espontánea reacción admirativa ante todo lo bello, ayude a nuestra humanidad a ser más positiva y a entrar en la luz admirable, que tú acogiste en tus últimos días. Tu hermano de Congregación, Pepe
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