“Nunca te muestres resignado ante el escándalo de la división de los cristianos. ¡Ten pasión por la unidad del cuerpo de Cristo!” (Taizé). El espíritu ecuménico que se respiró en los años posteriores al Concilio Vaticano II se está debilitando; el calor de las “mutuas relaciones” se está enfriando. Actitudes anti-ecuménicas -¡y nada humildes!- generan minusvaloración y hasta desprecio hacia nuestros hermanos y hermanas de otras confesiones. La Semana de Oración por la Unidad nos invita a la “conversión ecuménica”. Presento seguidamente un precioso texto de oración, tomado del Short Breviary de los monjes benedictinos de Saint John’s Abbey en Collegeville (Minnesota, Estados Unidos). Creo que puede convertirse en nuestra oración durante los próximos días.
Peticiones ecuménicas
Oremos para que los cristianos de todas las confesiones podamos escuchar la llamada de Dios a ser la Iglesia una, santa, católica y apostólica. Respondamos: Señor, haznos uno
- Señor, bendice a nuestros hermanos y hermanas de la Iglesia de Roma: que su cuidado por preservar la sustancia católica de la fe, que su compromiso con la continuidad histórica de la Iglesia y su amor a la Eucaristía, enroquezca e interpele a todos los cristianos.
- Señor, bendice a nuestros hermanos y hermanas de las Iglesias de Oriente; que contiúen enriqueciendo a tu Iglesia con su fe en el Espíritu Santo, su amor por la divina Liturgia y su respeto por la tradición eclesiástica.
- Dirige tu mirada, especialmente, a nuestros hermanos y hermanas de la Iglesias apostólica armena; que sus sufrimientos den testimonio del amor que perdona y que tú nos has mostrado en Cristo Jesús.
- Bendice a nuestros hermanos y hermanas de la comunión anglicana; que su respeto por la diversidad y la conciencia individual interpele a toda la Iglesia, y que sus tesoros literarios y su música nunca cesen de magnificar tu santo nombre.
- Bendice a nuestros hermanos y hermanas luteranos: que su amor por las Sagradas Escrituras y su su fe en tu sola gracia, nos ayude a recibir tu salvación como el más puro regalo.
- Bendice a nuestros hermanos y hermanas de la Tradición Reformada: que sigan edificando la Iglesia con su predicación y nos inspiren con su trabajo entregado en favor de tu Reino.
- Bendice a nuestros hermanos y hermanas de la tradición de la Iglesia libre; que su calidez y entusiasmo traiga una vida a la obra y oración de tu Iglesia.
- Bendicenos a nosotros y a todos los cristianos; para que podamos llegar a aquella perfecta unidad que Tú tienes con tu Hijo en el amor unificante del Santo Espíritu
Oremos ahora la oración que nos fue dada por Jesús a quienes creemos en Él: Padre nuestro…
Oración final:
Padre de la gracia, oramos por tu Iglesia católica. Llénada con toda verdad y paz. Purifícala, allí donde hay corrupción; dirígela allí donde hay error: refórmala, allí donde está perdiendo algo; fortalécela, allí donde está en locierto y rector; provéela allí donde está necesitada:reúnela allí donde está dividida; te lo pedimos por medio de Jesucristo, tu hijo y nuestro Señor. Amén
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