“Una persona sin imaginación… está fuera de la realidad más profunda y aun fuera de su propia alma” (Mircea Eliade)
Nos falta capacidad innovadora y creativa. Tendemos a repetirnos hasta la saciedad: los mismos tópicos y recursos, las mismas ideas y automatismos. Y cuando llega alguna novedad, se trata de una adaptación meramente superficial –¡puro maquillaje!-. Por eso, da la impresión de que llevamos siglos diciendo y haciendo las mismas cosas. La sensación de aburrimiento se apodera de nosotros.
¿Estamos abiertos a la creatividad? ¿Nos damos cuenta que sin creatividad entramos en un letargo letal?
Algunos rechazan la creatividad, porque se saben -¿presuntuosamente?-establecidos en la verdad suprema. Les basta la tradición, lo ya conocido en todos los campos (creencias, moral, liturgia, leyes). Los cambios les parecen sospechosos. Sin embargo, estamos, no solo en una época de cambio, sino en un cambio de época”, caracterizado por la constante innovación creativa (Instituto Nomura, Japón).
Hemos recibido de nuestro Creador el don de la creatividad, de la generatividad y de la producción. Estamos bajo un mandato de fertilidad en todos los ámbitos. Creador es quien recibe la capacidad de extraer del caos -¡el desorden de múltiples posibilidades!- realidades nuevas:
“nosotros, los poetas, luchamos con el no-ser para forzarlo a ser. Llamamos a la puerta del silencio y nos responde la música” (poeta chino).
Es creativa aquella persona, aquel grupo, aquella comunidad, que es agraciada con una “nueva visión” de las cosas y se compromete con ella para hacerla realidad. Esta visión llega tal vez en períodos de descanso o relajación, pero únicamente en aquellas áreas en las que estamos intensamente ocupados y preocupados. La pasión por algo es como una oración para que llegue la gracia de la visión. El artista está siempre orando para que llegue la inspiración. Su vida es un “Veni Sancte Spiritus”. La creatividad nace de la pasión por algo y de la entrega generosa.
La persona creativa está siempre vigilante, alerta. La atención a la realidad y a lo esencial, nos dispone para la experiencia creadora. Antes de llegar la inspiración, sentimos una terrible sensación caótica. Trabajamos entre la incertidumbre. La realidad nos opone resistencia. Lo que es concebido lucha por nacer y produce angustia. Pero solo de ahí, surge lo impredecible y original.
“Lo imposible es frecuentemente aquello que no se intenta” (Jim Goodwin).
Se está demostrando que la creatividad no es un don de pocas personas, sino de todas. Hay que educar la creatividad. ¡E-ducirla de lo más profundo de nosotros! ¿Cómo? He aquí una serie de sabias recomendaciones que he ido tomando de aquí y de allá:
- Da importancia a tus sueños: nuestro inconsciente es un archivo de imágenes, ideas, experiencias que pueden refrescar nuestras vivencias, nuestro pensar; soñar despierto es un excelente camino para incumbar la novedad.
- Dedícate a jugar con la realidad: Leonardo Da Vinci, Edison, Einstein y Picasso descubrieron jugando, curioseando; su pasión por lo nuevo los volvió geniales; vivir en el reino de la necesidad nos impide jugar y, por lo tanto, nos cierra las puertas para la creación. El juego revitaliza tu espíritu y lo vuelve creativo.
- Sitúate en la diversidad, en la biodiversidad y se potenciará tu capacidad creadora.
- A mayor juventud, más capacidad creadora (como adulto piensas 3 o 4 alternativas ante una situación; cuando eras niño se te ocurrían 60).
- A mayor lista de ideas-propuestas, mayor posibilidad de una solución final de calidad; las mejores ideas suelen aparecer al fin de la lista.
- La “lluvia de ideas” resulta ineficaz cuando los participantes –por miedo a la desaprobación social- no se expresan con libertad; los grupos o comunidades son mejores a la hora de elegir una idea, que a la hora de generarla; la generación tiene mucho que ver con las individualidades. Favorece la creatividad dejando fluir libremente las ideas.
- Si quieres estrangular la creatividad, haz pasar todas las propuestas por formalidades burocráticas, consultas y filtros.
- Potencia un clima de intensa confianza; defiende la diversidad; atiende especialmente a quienes están fuera del sistema.
- La curiosidad intelectual, la apertura a nuevas experiencias potencian tu creatividad.
Decía Péguy:
“lo peor no es tener un alma perversa, sino un alma acostumbrada”
No basta hablar de “nueva evangelización”. Hay que pasar a las “nuevas expresiones”, a los “nuevos métodos”, al “nuevo ardor”. Nuevo no es “maquillaje”, sino el resultado de la acción creadora.
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Buenos días, me ha gustado mucho su artículo y quería preguntarle si sabría de qué poeta chino es la preciosa frase que cita:
“nosotros, los poetas, luchamos con el no-ser para forzarlo a ser. Llamamos a la puerta del silencio y nos responde la música”.
Muchas gracias.
M.Carmen