Pablo escribió varias cartas misionales a diversas comunidades. La colección de cartas, que pasaron al Canon de la Iglesia no refleja la situación y la individualidad de cada carta. Siguiendo los estudios de Senén Vidal sobre “Pablo. De Tarso a Roma”, ofrezco una síntesis de su obra y también el texto de las cartas, para que pueda ser leído en su contexto y en su adecuada dimensión.
La primera carta misional
La primera carta misional de Pablo que se conserva es la que él dirigió a la comunidad de Tesalónica a los pocos meses de su fundación
El origen de la carta
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¿Por qué de la carta? En 1 Tes 2,17-3,10 encontramos la respuesta. El equipo paulino (Pablo, Silvano y Timoteo) hubieron de abandonar Tesalónica a causa de la hostilidad contra ellos. Dejaron la via Egnacia que les conducía directamente a Roma (¡habría sido el objetivo de su viaje!) y se desviaron hacia Berea, donde hicieron una corta misión; llegaron después a Atenas; Pablo decidió enviar a Timoteo y Silvano a visitar las comunidades de Macedonia. Al poco tiempo Pablo se marchó a Corinto. Y estando en Corintio retornaron Silvano, Timoteo y algunos cristianos de Filipos con ayuda económica. Las noticias eran muy buenas. Y fue entonces, probablemente el verano del año 50 en el que el equipo paulino escribió 1 Tes para dar ánimos a la comunidad y solucionar algunas deficiencias de su fe.
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En esta carta no aparecen todavía algunos de los motivos típicos de las otras cartas de Pablo: polémicas con otras formas de misión cristiana, ni los grandes temas teológicos de la teología paulina.
Carta de exhortación
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La carta muestra –como contexto- una gran dinámica de comunión: la escribe el equipo paulino (Pablo-Silvano-Timoteo) (1 Tes 1,1) y es dirigida a la querida comunidad. Lo normal es la primera persona en plural; solo en tres ocasiones habla Pablo en singular. El tono de la carta es cercano y a veces entrañable. La invocación ¡hermanos! Aparece 12 veces. El motivo de la oración atraviesa toda la carta.
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La carta se refiere frecuentemente a la proclamación e instrucción misionales: para que la comunidad reavive la magnífica experiencia de los orígenes: aparece una rica variedad de contenidos, de formulaciones tradicionales, relacionados –ante todo- con la celebración bautismal.
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Ante las deficiencias de la fe (3,10): tentación de abandono de la fe, debido a la hostilidad que estaba sufriendo el grupo cristiano por parte de sus conciudadanos. La inminente llegada del reino mesiánico esplendoroso debería suscitar una gran esperanza de liberación. Los tesalonicenses tenía otro problema: su angustia por el destino de los muertos de la comunidad (4,13-18); otra deficiencia es señalada en 4,3-12: cómo comportarse como comunidad mesiánica en medio de las prácticas sociales de su entorno. 1 Tes 5,12-22 insinúa también deficiencias de comunión en el mismo grupo.
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La comunidad es una típica comunidad paulina, asentada en una gran ciudad helenista. La mayoría de los miembros eran de origen gentil, y probablemente gente humilde; en la carta no se nombra a ningún miembro de la comunidad.
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La carta descubre detrás de la hostilidad de la ciudad contra la comunidad cristiana el poder de Satanás, el opositor de la misión mesiánica (2, 18; 3,5). El caso es que la comunidad que proclamaba la llegada del reino mesiánico desestabilizaba el orden social y religioso de la ciudad. La comunidad cristiana se encontraba excluída, fuera de lugar, perseguida como subversiva en la ciudad.
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1 Tes es la carta completa; pero se descubren dos añadiduras de la escuela paulina posterior (2,15-16 –polémica antijudía- 5,1-11 –interpretación de la esperanza mesiánica posterior-).
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Estructura: a) un corto prescripto (1,1), b) el proemio (1,2-10) en forma de acción de gracias que introduce el tema fundamental de la carta; c) la primera parte (2,1-3,13): una amplia memoria de la comunión de la comunidad con el equipo misionero fundador y se pide por la firmeza final de la comunidad hasta que se consume el reino mesiánico; d) la segunda parte (4,1-5,24) aborda directamente algunas deficiencias de la comunidad: comportamiento social, tristeza por el destino de los muertos, vida intracomunitaria. Concluye esta parte con una invocación pidiendo la perseverancia de la comunidad. e) la conclusión de la carta (5,25-29) insiste en la comunión entre todos.
La nueva existencia mesiánica
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Ante la hostilidad del entorno: se hace frecuente referencia a la culminación futura de la trama mesiánica, en el reino mesiánico esplendoroso y el consiguiente reino de Dios definitivo. Según esa esperanza la tribulación actual es un ingrediente necesario. Los sufrimientos presentes son como dolores de parto que preceden la aparición gloriosa del Mesías. La esperanzsa se mantiene en el aguante de la constancia.
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La comunión con el equipo misionero: se describe muy vivamente (2,1-12); esa comunión debe continuar (2,13-3,13); unos y otros se recuerdan permanentemente ante Dios a través de la oración.
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La cohesión interna: estaban llamados a pertenecer a una nueva humanidad sin divisiones, propio de la era mesiánica La carta menciona frecuentemente el amor comunitario, que comporta el esfuerzo del servicio efectivo (1,3; 3,6.12); la hospitalidad que la comunidad presta a otros cristianos de otras comunidades de la región (4,9-10). En las celebraciones sentían la felicidad de la comunión; en ellas se repartía el beso santo.
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La exhortación de 4,1-12 habla del comportamiento social de la comunidad cristiana en la ciudad: el matrimonio, exclusión de la prostitución, el adulterio; una transformación del entramado de las relaciones sociales para poder tener una vida social tranquila y respetable, cubriendo las necesidades por medio del propio trabajo e independizándose así del rígido sistema de patronazgo y clientela que determinaba la sociedad de entonces.
La segunda etapa de la misión autónoma
La segunda etapa de misión autónoma abarcó cerca de tres años (otoño 51 hasta la primavera 54). Las fuentes para reconstruir esta etapa son las cartas paulinas y Hechos 18,18b-19,40., basado en una fuente tradicional. El centro de misión en esta etapa es Éfeso, capital de la provincia romana de Asia. Fue el tiempo más difícil de la misión paulina. Aparecieron muchas tensiones fuera y dentro.
La misión en Asia menor
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El equipo paulino, al abandonar su centro misional de Corinto, en vez de continuar hacia Occidente, retorna a Oriente, el Asia Menor (la zona anteriormente4 excluida de la misión). Al parecer, Pablo había abandonado el proyecto de ir a Roma. Prisca y Àquila le informaron sobre la situación peligrosa de Roma, de donde habían sido expulsados por el edicto del emperador Claudio el año 49. Al equipo paulino se unen ahora Prisca y Aquila. Llegan a Éfeso desde Corinto, probablemente en el otoño de 51
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En la importante ciudad helenista de Éfeso el equipo paulino se encuentra con un grupo cristiano, surgido de la actividad misionera de un tal Apolo, un misionero cristiano judeo helenista de Alejandría y de la existencia de un grupo de doce cristianos.
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Poco después Pablo viaja a Galacia para visitar a sus comunidades de aquella región. En este momento forma ya parte del equipo paulino Tito, antiguo miembro de la comunidad antioquena y compañero de Pablo, que habría venido de Antioquía a Éfeso y ahora se una al viaje de Pablo a Galacia. Es su viaje probablemente evangelizaron algunas ciudades.
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Vuelta a Éfeso: Pablo y sus compañeros emprenden una gran actividad misional, de la cual surge en Éfeso una importante comunidad paulina. Numerosas personas, incluidas bastantes mujeres colaboraron en la misión, según señala la larga lista de saludos de la carta que Pablo dirigirá a la comunidad de esa ciudad (Rom 16,3-16), Es muy probable que Pablo enseñara diariamente en la “escuela de Tirano” (Hech 19,9). En ella se habrían estudiado pormenorizadamente muchos temas y después habría continuado como escuela paulina, después de la muerte de Pablo., A esta escuela se deberían las cartas pospaulinas y las colecciones de cartas de Pablo.
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La comunidad de Éfeso se convirtió además en centro misional de la región de Asia Menor, al estilo de Damasco y de Antioquía. La fundación de un grupo cristiano en una ciudad implicaba la evangelización progresiva de toda la región en la que aquél estuviera enmarcado.
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La misión en Asia Menor desde el centro misional de Éfeso constituyó ciertamente un amplio proceso que abarcaría de dos a tres años y en el que actuarían junto al equipo misional paulino numerosos colaboradores. Surgieron varias comunidades paulinas en la región: Colosas, Laodicea, Troas; y probablemente las comunidades mencionadas en elApocalipsis (Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea): el autor del Apocalipsis parece polemizar contra un paulinismo liberal arraigado en varias de esas comunidades. Y quizás se deban a este tiempo otras comunidades mencionadas por Ignacio de Antioquía (Éfeso, Magnesia, Trales, Filadelfia, Esmirna).
La crisis en Galacia
Las comunidades de Galacia entraron en crisis, hasta el punto de estar en peligro de desaparecer. El equipo paulino tuvo que intervenir con varias cartas y visitas.
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En el verano del 52: Pablo se entera de que llegan a las comunidades de Galacia unos misioneros judaizantes, opositores suyos, que exigían a los cristiano gálatas, de origen gentil, la circuncisión y la observancia de las prácticas legales del judaísmo. Detrás de ellos estarían probablemente los “falsos hermanos” a quienes Pablo hizo frente en Jerusalén y en Antioquía.
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Pablo escribe esta carta a quienes hacía muy poco había visitado y encontrado en buen estado, con una gran tensión emocional. Probablemente les llevó la carta Tito, que era gentil, no-circunciso y había participado de la asamblea de Jerusalén. Al parecer tanto la carta a los Gálatas como el buen proceder de Tito tuvieron éxito y salvaron la identidad paulina de las comunidades de Galacia. Al parecer Pablo puso entonces en marcha la colecta que llevaría en signo de comunión con la Iglesia madre.
La crisis en Corinto
Mucho más larga y dolorosa fue la crisis de la comunidad de Corinto: se inició en otoño del 52 y no se cerró hasta el verano del 54. Durante ese tiempo el equipo misional paulino tuvo que hacer varias visitas y enviar diversas cartas a la comunidad. Las cartas recopiladas en 1 y 2 Cor permiten reconstruir con bastante detalle el decurso del fascinante proceso de esa crisis corintia. Esta sería la secuencia de los hechos:
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Otoño 52: En Éfeso, donde reside, recibe Pablo la visita de cristianos corintios, Estéfanas y sus acompañantes Fortunato y Acaico (probablemente miembros de su familia (1 Cor 16,15-18), que le informan sobre la situación preocupante de la comuniad. Con ese motivo Pablo escribe la primera carta (Cor A), que el equipo paulino envía por medio de esas mismas personas; Pablo proyecta ir él mismo a Corinto (1 Cor 11,34).
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Primavera 53: después de una larga estancia en Corinto vuelve a Éfeso el misionero Apolo (1 Cor 16,12), después de una larga estancia en Corinto. Pablo envía a Timoteo a visitar las comunidades de Macedonia y Acaya. Un poco después Pablo recibe una carta de la comunidad corintia (1 Cor 7,1), traída por los “de Cloe” (una señora y su casa) que le informan además sobre algunos problemas de la comunidad, que no aparecían en la carta enviada por los corintios. El equipo paulino escribe entonces desde Éfeso (1 Cor 16,8.19) su segunda carta a la comunidad (Cor B). El portador de la carta es Tito, que recibe también el encargo de organizar la colecta en Corinto y en Acaya. La hostilidad contra Pablo crece en Éfeso.
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Verano del 53: Timoteo vuelve a Éfeso e informa a Pablo de la llegada a Corinto de unos misioneros cristianos helenistas, del mismo tipo que Apolo que están conmoviendo a la comunidad y enfrentándola al equipo paulino: conciben y realizan la misión de forma muy diferente. Con este motivo Pablo escribió con su equipo la tercera carta (Cor C), defendiendo su estrategia y método misional. Timoteo sería el portador de esta nueva carta.
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Otoño del 53: Pablo, acompañado de Tito hace una visita a Corinto (2 Cor 12,14; 13,1-2). Se incluye dentro del viaje para recoger la colecta y llevarla a Jerusalén, pues se acerca el año sabático 54.55 en el que se notaría la carestía. El viaje ser inicia en Corinto –por los problemas de la comunidad- , se proseguirá luego a Macedonia, se regresará de nuevo a Corinto y desde allí ir a Jerusalén con la colecta. Pero esa visita a Corinto significó para Pablo un rotundo fracaso: comunidad en rebeldía contra él, lo acusaron de fraude en la colecta y recibió una grande afrenta en público (2 Cor 2,5; 7,12). Interrumpe Pablo el viaje proyectado. Retorna a Éfeso y desde allí escribe la cuarta carta (Cor D) de especial emotividad y dureza contra los misioneros opositores y contra la misma comunidad. El portador de la carta fue Tito.
La prisión en Éfeso
Pablo sufrió en Éfeso varios incidentes serios de hostilidad: lucha contra las fieras en Éfeso (1 Cor 16,8-9 –Cor B-).
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Esa hostilidad desembocó en la prisión de Pablo y varios colaboradores como Gayo y Aristarco (desde finales del 53 a la primavera del 54). La probable causa fue el incidente con Demetrio y otros orfebres (Hech 19, 23-40). Pero la misión continuó.
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Desde esa prisión de Éfeso Pablo escribió epístolas a los Filipenses o Colosas y a Filemón. Al comienzo de su prisión Pablo recibió ayuda económica de su querida comunidad de Filipos., por medio de Epafrodito y otros filepnses que lo acompañaron. Pablo lo agradecen una breve y preciosa carta a la comunidad (Filp A). Durante la prisión Epafrodito cae seriamente enfermo. Recuperado Epafrodito, y después de llegar noticias sobre la comunidad a Pablo, les envía con Epafrodito una segunda carta (Filp B). En ese mismo tiempo, Onésimo –esclavo de Filemón de la comunidad de Colosas- acude a Pablo después de haber cometido un desfalco, probablemente, en la casa de su amo. En ese contacto con Pablo se convierte a la fe. Pablo lo reenvía a su señor con una preciosa carta (Film). Pablo presiente que pronto dejará la cárcel y podrá visitar la comunidad de Colosas.
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Primavera del 54: aún en prisión, Pablo envía a Timoteo a vistiar las comunidades de Macedonia. Probablemente al final de su prisión Pablo es condenado a pena capital; en una arriesgada intervención Prisca y Aquilia lo liberan de la cárcel. Ya Pablo no podrá volver a Éfeso.
Las calamidades de la misión
Hay unas “listas de calamidades” a través de las cuales Pablo se defiende de su misión frente al ataque de algunos misioneros que llegaron a Corinto después de Pablo. La lista de calamidades más desarrollada es la de 2 Cor 11,21-33, que está encuadrada en el “discurso de la locura” o “la autoalabanza de un necio” (2 Cor 11, 1 – 12,13), un magnífico texto en el que Pablo neciamente se compara con los misioneros llegaos a Corinto.
La crisis de las comunidades gálatas
La carta a las comunidades de Galacia
La escribió probablemente Pablo en el verano del 52 desde Éfeso, ante la noticia de la llegada a las comunidades de unos misioneros judaizantes opositores suyos. Pablo escribió esta carta con gran tensión y la envió por medio de Tito.
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La carta intenta atajar la fascinación de la comunidad ante esos misioneros, que para Pablo incitaban a apostatar del Evangelio: porque exigían cumplir la ley sagrada israelitas, someterse a la circuncisión y realizar las prácticas del judaísmo. Al parecer esos misioneros estaban relacionados con la comunidad de Jerusalén, con el grupo que Pablo denomina “falsos hermanos”.
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La carta está dirigida a “las comunidades de Galacia” (1,2). Se trata de una carta circular a todas las comunidades. No tienen un núcleo urbano central.
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La carta tiene el estilo de un discurso apologético. Pablo se defiende de los ataques de los misioneros opositores ante las comunidades gálatas. Pablo se vuelve sarcástico, irónico y hasta maldiciente. Da la impresión de que la carta se redactó con gran premura de tiempo, casi de un tirón.
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Estilo mágico: la carta se abre con una maldición (1,8-9) y se cierra con una bendición exclusiva (6,16); dentro del texto aparecen expresiones que se acercan a la maldición (5,2 – 4,10.12). No es de extrañar que Pablo se lo juegue todo a esa única carta (6,17).
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La configuración de la carta: a) Un precripto especial (1,1-5), b) un exordio de gran fuerza (1,6-9); c) la narración ( 1,10 – 2,14) en la que se hace la historia de la causa discutida; d) la exposición básica´(2,15-21); e) la argumentación (3,1-5,12) que se inicia con una pregunta a los gálatas gentiles sobre su experiencia en la conversión y se concluye con una advertencia a los mismos; el argumento fundamental de la alianza con Abrahám, cuyo heredero es el pueblo mesiáico, en contraste con la ley sinaítica; continúa con la alegoría de los dos hijos; f) la exhortación (5,13 – 6,10) presenta las bases de la nueva ética de la época mesiánica, que supera la vieja ética fundada en la ley; g) la conclusión: (6,11-18) la escribe Pablo de su puño y letra.
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Pueblo mesiánico universal: ésta es la gran convicción de Pablo, que se ha establecido un nuevo pueblo formado por judíos y gentiles con igualdad absoluta de derechos. En el bautismo se produce un nuevo pueblo: “todos vosotros sois hijos de Dios por la fe, dentro del ámbito de Cristo Jesús; porque cuantos fuisteis bautizados para pertenecer a Cristo fuisteis revestidos de Cristo; ya no hay judío ni griego, ya no hay esclavo ni libre; ya no hay varón ni mujer; pues todos vosotros sois uno dentro del ámbito de Cristo Jesús” (3,26-28). Pablo interpreta el acontecimiento de la alianza de Dios con Abraham y la alianza del Sinaí desde la nueva experiencia en Cristo Jesús y no al revés. Esas dos alianzas eran para Israel los acontecimientos fundantes del pueblo sagrado; los dos acontecimientos formaban una unidad indivisible. La interpretación de la carta, sin embargo, da un vuelvo revolucionario, pues separa los dos acontecimientos considerándolos de categoría absolutamente diferente. El único acontecimiento fundante es la alianza de Dios con Abraham, basada en la promesa y en la fe. La alianza sinaítica es de una categoría secundaria y es superada en la época mesiánica. Así conecta al nuevo pueblo con la antigua alianza, realizada en Abraham. Los miembros del pueblo mesiánico son los verdaderos hijos y herederos de Abrahám, ya que la auténtica descendencia de Abraham es el Mesías; el nuevo pueblo está representado por Isaac, el nacido de la mujer libre por la promesa “según el Espíritu”, mientras que la comunidad judía no-creyente está representada por el hijo según la carne, nacido de la esclava. Por eso, el nuevo pueblo mesiánico es el auténtico Israel de Dios (6,16), cuya capital es la Jerusalén de arriba (4,26) y sus miembros son los auténticos hijos de Dios libres, frente a los esclavos que están bajo el dominio de la ley y de los ídolos (4,1-11).
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La nueva vida mesiánica: ¿qué ética y práctica cultural era la que caracterizaba a la nueva comunidad cristiana? ¿n0 deberían asumir del judaísmo lo que les faltaba, como normas y fiestas? Pablo responde a esta seria objeción en Gal 5,13 – 6,10. Pablo presenta ahí un nuevo principio y una nueva normativa para el comportamiento ético de la comunidad mesiánica. A) Nuevo principio: es el ámbito dinámico del Espíritu, en el cual se realiza el proceso de transformación de la nueva creación mesiánica. En él se elimina el dominio viejo de la carne. Los que están en el ámbito del espíritu ya no están bajo el dominio esclavizante de la carne, de la ley. B) Nueva norma: es la norma de Cristo (6,2). La carta concreta esa norma con diversas sentencias (5,15-26; 6,1-6) y un catálogo de virtudes (5,22-23) que está en oposición a un catálogo de vicios (5,19-21).
La primera correspondencia con Corinto
La correspondencia del equipo misional paulino con la comunidad de Corinto está recopilada en las actuales 1 y 2 Cor
La primera carta de advertencia: Cor A
- En el otoño del 52, Pablo recibe en Éfeso la visita de los cristianos de Corinto Estéfanas, Fortunato y Acaico que le informan sobre algunos problemas de la comunidad. El equipo paulino escribe entonces su primera carta (Cor A): 1 Cor 6, 1-11; 10,1-22; 11,2-34; 15,1-58; 16,13-18, que es enviada por medio de los mismos informantes, a quienes se recomienda al final de la carta. Por los fragmentos conservados vemos que Cor A es una carta de seria advertencia a la comunidad corintia sobre algunos problemas. El contenido de la carta verlo en la Reconstrucción
La contestación a la carta corintia: Cor B
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La primavera del 53: No parece haber convencido a la comunidad la primera carta. La comunidad le pide aclaraciones sobre algunos temas y le plantea otros. Esa carta de los corintios se la llevan a Pablo “los de Cloe”, esclavos cristianos pertenecientes a esa señora, que añaden nuevos asuntos de información para Pablo. El equipo paulino responde con una segunda carta a la comunidad corintia. Se la envían por medio de Tito.
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La igual que la primera, esta segunda carta es una seria advertencia a la comunidad corintia. Aparecen problemas de la 1ª pero más agudizados. Además se deja ver una terrible división dentro de la comunidad, provocada por la actuación del misionero Apolo, junto con algunos casos especialmente escandalosos.
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La carta se ha conservado íntegra, con algunas pequeñas glosas y añadiduras de gran importancia.
La defensa de la misión paulina (Cor C)
- Verano del 53: Al volver de su visita a las comunidades de Macedonia y Acaya, Timoteo informa a Pablo de la llegada a Corinto de unos misioneros. Pablo y sus colaboradores escriben la tercera carta (Cor C: 2 Cor 2,14 – 7,4) y la envían por medio de Timoteo.
La carta de lágrimas (Cor D)
La escribe Pablo en el otoño del 53, después de su visita –acompañado tal vez de Tito- a Corinto. Visita que fue un fracaso y en la cual afrentaron a Pablo en público. Desde Éfeso escribe la carta.
En ella hace apología de su misión frente a los misioneros opositores. Frente a la serenidad de la carta anterior Pablo muestra ahora mucha más emotividad y dureza contra los misioneros y contra la misma comunidad corintia. A esta carta se referirá más tarde Pablo como la carta escrita “con mucha aflicción y angustia de corazón” y “con muchas lágrimas” (2 Cor 2,3-4; 7,8.12). El portador de la misma fue Tito, que recibió también el encargo de animar la colecta en las comunidades de Acaya y de Macedonia.
Carta de reconciliación (Cor E)
Fue escrita a la vuelta de Tito de Corinto. Tito mismo y dos hermanos acompañantes fueron los portadores de ella. El recopilador la tomó como base para la composición de la actual 2 Cor.
Credencial para la colecta (Cor F)
Credencial para la colecta, dirigida a las comunidades de Acaya. Los portadores coinciden con Cor E. El recopilador la colocó después del cap. 8 porque trataba del mismo tema.
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