Alguien siempre nos lleva la delantera, porque encuentra… allí donde el Espíritu le lleva. La audacia hace milagros. El “siempre se ha hecho así” nos cierra muchas puertas. ¿Estarán dispuestos nuestros Capítulos Generales y provinciales a darle también a la vida consagrada “otro rostro”? En este testimonio se descubre cómo la Audacia de una pastoral vocacional movida por el Espíritu se convierte en Navidad.
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