LOS JÓVENES Y EL PAPA FRANCISCO: “CHRISTUS VIVIT”

Por eso, quiero que revivamos juntos la exhortación apostólica del Papa Francisco sobre los jóvenes. No dejemos que este mensaje se desvanezca como un tren que pasa. He preparado una síntesis de sus ideas principales, porque su mensaje sigue siendo más relevante que nunca.

“Christus Vivit”

Jesús es la más hermosa juventud de este mundo:

  • Todo lo que Él toca se vuelve joven, se hace nuevo, se llena de vida. (ChV,1)
  • Jesús Resucitado está en ti, por más que te alejes, nunca se va… él está ahí para devolverte la fuerza y la esperanza (ChV,2)

Esta exhortación apostólica: recordar convicciones de nuestra fe, aliento a crecer en santidad, compromiso con la propia vocación. (ChV,3)

  • La reflexión sobre los jóvenes y para los jóvenes nos convoca y estimula a todos (ChV,3)
  • Inspirada en reflexiones y diálogos del Sínodo. Asumo las propuestas que me parecen más significativas (ChV,4).

I. Textos de la Biblia que hablan de los jóvenes y dónde el Señor les sale al encuentro

  • Dios los mira con buenos ojos: José el más pequeño (Gen 37,2-3); soñador; superó a todos sus hermanos cuando tenía 17 años (ChV,6)
  • Gedeón: en él vemos la sinceridad de los jóvenes. Le reprocha a Dios porqué les sucede lo que les sucede; Dios no se molesta y apuesta por él: “Ve con esa fuerza que tienes y salvarás a Israel”  (Jue 6,14) (ChV,7).
  • Samuel:  jovencito inseguro, con quien Dios se comunicaba – un gran profeta (ChV,8)
  • David:  elegido siendo un muchacho: “Dios mira el corazón (ChV,9). La gloria de la juventud está en el corazón más que en la fuerza física o en la impresión que uno provoca en los demás (ChV,9).
  • Salomón: “Soy un joven muchacho y no sé por dónde empezar y por dónde terminar” (1 Re 3,7). Le pidió a Dios sabiduría con audacia – Así también el joven profeta Jeremías (ChV,10)
  • Muchachita judía al servicio de Naamán: intervino con su fe para curarlo de su enfermedad – La joven Rut, audaz para salir adelante en la vida (ChV,11).
  • El hijo más joven: recapacito, empezó de nuevo, decidió levantarse, disponerse al cambio y dejarse enseñar por la vida. Jesús lo elogia. Y no al de corazón avejentado que se creía fiel pero no vivía el espíritu del amor y de la misericordia (ChV,12)
  • “Eliminen la levadura vieja para ser masa joven” (1 Cor 5,7), despojarse del hombre viejo y asumir el nuevo o joven (Col 3,9.10). Revestirse de esa juventud que se va renovando: entrañas de misericordia, bondad, humildad, mansedumbre, paciencia, soportarse y perdonarse (Col, 3, 12.13). Ésta es la verdadera juventud: capacidad de amar (ChV,13)
  • El mayor entre ustedes sea como el más joven (Lc 22,26):  para Jesús la edad no establecía privilegios. (ChV,14).
  • A los jóvenes hay que tratarlos como hermanos (1 Tim 5,1). A los padres: “no exasperen a sus hijos, para que no se desanimen” (Col 3,21). Propio de los jóvenes es soñar cosas grandes, atreverse, tener horizontes altos, comerse el mundo: ¡que nadie menosprecie tu juventud! (1 Tim 4,12) (ChV,15).
  • A los jóvenes: ¡sed sumisos a los ancianos! (1 Ped 5,5). Exhorta igualmente a los jóvenes para que sepan controlarse en todo” (Tit 2,6). Una persona sabia es capaz de sacar del arcón de su corazón tanto lo nuevo como lo viejo (Mt 13,52). (ChV,16).
  • He cumplido los mandamientos desde mi juventud (Mc 10,20: no hay que arrepentirse de pasar la juventud siendo buenos, abriendo el corazón al Señor, viviendo de otra manera. Nada de eso nos quita la juventud, sino que la fortalece y renueva: “tu juventud se renuev como el águila” (Sal 103,5). (ChV,17)
  • Al oir estas palabras el joven se retiró entristecido (Mt 19,22): había renunciado a su juventud (ChV,18)
  • Las jóvenes prudentes, preparadas y atentas, y no las dormidas y distraídas (Mt 25,1-13): quien así pasa su juventud así prepara su futuro (ChV,19).
  • Quien ha perdido el vigor interior, los sueños, el entusiasmo, la esperanza, la generosidad… como el hijo muerto de la viuda: Jesús con toda su potencia de Resucitado lo exhorta: joven, a ti te digo, ¡levántate! (Lc 7,14). (ChV,20).

II. Jesucristo siempre joven

La juventud es una etapa original y estimulante de la vida, que el propio Jesús vivió santificándola (DF,60). (ChV,22)

  • Jesús fue joven. Dio su vida siendo joven adulto. En la plenitud de su vida comenzó la misión: “brilló una gran luz” (Mt 4,16). (ChV,23).
  • Adolescencia y juventud de Jesús: con la familia refugiado en Egipto, repatriado en Nazaret, hasta el bautismo en el Jordán – primeras imágenes de Jesús joven adulto en medio del gentío en el Jordán (ChV,24). Ese bautismo era una consagración antes de comenzar la gran misión. Jesús lleno de Espíritu Santo, conducido por el mismo Espíritu al desierto. Modelo de vocación juvenil (ChV,25). Jesús en plena adolescencia, perdido y hallado en el templo. – etapa del crecimiento espiritual de Jesús (ChV,26).
  • En su etapa joven, Jesús se fue formando, preparando para cumplir el proyecto que el Padre tenía. (ChV,27). En su adolescencia y juventud se ocupaba de las cosas de su Padre Dios (Lc 2,49). El hijo del carpintero (Mt 13,55), el hijo de José. Vivía en una familia extendida y no superprotegido en una familia nuclear. El término griego empleado “synodia” de la vuleta de Jerusalén nos indica que era una “comunidad en camino” de la que formaba parte la sagrada Familia (ChV,29).
  • Estos aspectos pueden resultar iluminadores para todo joven: vocación, preparación, misión. Nada de esto debe ser ignorado en la pastoral juvenil (ChV,30).
  • Leer los Evangelios desde la perspectiva del Jesús joven: con una confianza incondicional en el Padre, amigo de sus discípulos y fiel a ellos en momentos críticos; compasivo hacia los más débiles y excluidos, valiente ante las autoridades; experimentó la incomprensión y el descarte, sintió miedo ante el sufrimiento y conoció la fragilidad de la pasión; miró hacia el futuro abandonado en Dios y con la fuerza del Espíritu. En Jesús pueden reconocerse todos los jóvenes (ChV,31). En la pasión hay un joven que por miedo huye desnudo y no sigue a Jesús (Mc 14,51-52); pero en el sepulcro vacío hay otro joven vestido con una túnica blanca (Mc 16,5) que incita a perder el temor y anunciar la resurrección (16,6-7) (ChV,32).
  • El Resucitado nos hace partícipes de su novedad. Él es la juventud de un mundo envejecido, de un universo que espera con dolores de parto. Él es la estrella radiante de la mañana. El apocalíptico que hará posibles todos los sueños. EL señor nos llama a encender estrellas en la noche de otros jóvenes (ChV,33).
  • Ser joven no es solo una edad, es también un estado del corazón. La Iglesia puede ser joven a pesar de todas las vicisitudes. Puede  renovarse (ChV,34). Cuando es:
    • Una Iglesia que se deja renovar: es joven cuando es capaz de volver una y otra vez a su fuente (ChV, 35). No debemos ser “bichos raros”, pero sí personas distintos que muestran al mundo otros sueños, testigos de la belleza de la generosidad, del servicio, de la pureza, del perdón, de la fidelidad, de la adoración, del amor y la amistad social (ChV, 36). Los jóvenes ayudan a la iglesia a no apoltronarse. Le viene muy bien escuchar la voz de los jóvenes y empatizar con ellos (ChV, 38).
    • Una iglesia atenta a los signos de los tiempos: la iglesia no debe estar demasiado atenta a sí misma, sino a Jesucristo que es siempre atractivo (ChV,39). No pocos jóvenes sienten a la iglesia como molesta, irritante: escándalos sexuales y económicos, falta de preparación en los ministros ordenados, poco cuidado en la preparación de la homilía, papel pasivo asignado a los jóvenes en la comunidad cristiana, dificultad para dar razón de las posiciones doctrinales y ética a la sociedad contemporánea (ChV,40). Hay jóvenes que reclaman una iglesia que escuche más y no se pase la vida condenando al mundo; n quieren una iglesia “siempre en guerra por dos o tres temas que la obsesionan”, una iglesia a la defensiva y poco humilde, que no escucha… pierde a la juventud y se convierte en un museo. ¿Cómo podrá entonces acoger los sueños de los jóvenes?  (ChV,41). Quieren una iglesia que reivindique los derechos de las mujeres, más justicia e igualdad, contra la violencia machista. El Sínodo renovó su compromiso contra toda clase de discriminación y violencia sexual. (ChV,42).
  • En el corazón de la Iglesia resplandece María: gran modelo para una Iglesia joven que sigue a Jesús. Joven recibió el anuncio y la misión. Hizo preguntas y se mostró disponible (ChV,43). La fuerza del sí de María joven: fiat! Fue decidida. Arriesgó. Los jóvenes ¿se sienten portadores de una promesa? ¿Qué promesa tengo en el corazón para decidirme? María no compró un seguro de vida. Se la jugó. Y por eso es fuerte, una influencer de Dios (ChV,44).
  • Sin ceder a evasiones ni espejismos – mujer fuerte (ChV,45). La mujer de alma grande que se estremecía de alegría; ojos iluminados por el Espíritu Santo y que guardaba todo en el corazón. La “sin demora2 (ChV,46). La que permaneció reunida en oración con los discípulos, esperando al Espíritu y siendo con los apóstoles iglesia joven en salida hacia un mundo nuevo (ChV,47). Aquella muchacha es hoy la madre que vela por sus hijos e hijas. Ilumina nuestra juventud (ChV,48).
  • El corazón de la Iglesia está lleno de jóvenes santos: preciosos reflejos del Cristo joven, verdaderos profetas de cambio (ChV,49). Ellos nos ayudan a volver al amor primero (ChV,50).
  • San Sebastián (s. III): joven capitán de la guardia pretoriana, hablaba siempre de Cristo; lanzaron sobre él una nube de flechas, sobrevivió y siguió anunciando a Crsit4o; lo azotaron hasta matarlo. (ChV,51).
  • San Francisco de Asís (1226): escuchó la llamada a ser pobre cono Jesús y restaurar a Iglesia. Renunció a todo. Es santo de la fraternidad universal, que a alaba por todas las criaturas (ChV,52).
  • Santa Juana de Arco (1412): joven campesina que defiende a Francia de los invasores; incomprendida murió en la hoguera (ChV,53).
  • El beato Andrés Phu Yen: vietnamita del siglo XVII, catequista, prisionero por la fe, mártir, murió diciendo ¡Jesús! (ChV,54).
  • Santa Catalina Tekakwitha: joven laica de América del Norte, perseguida por su fe huyó más de 300 km a pie a través de los bosques, se consagró a Dios y murió diciendo: Jesús, te amo. (ChV,55).
  • Santo Domingo Savio: ofrecía a María todos sus sufrimientos. Alegría contagiosa. Cerca de sus compañeros más marginados y enfermos. Murió el 1857 a los 14 años diciendo: ¡Qué maravilla estoy viviendo! (ChV,56).
  • Santa Teresa del Niño Jesús (1873): carmelita a los 15 años, vivió el camino de la confianza total en el amor del Señor, su oración fuego de amor que mueve a la Iglesia. (ChV,57).
  • El beato Ceferino Namuncurá: joven argentino, hijo de un cacique, seminarista salesiano, deseoso de volver a su tribu para llevar a Jesucristo, Murió en 1905. (ChV,58).
  • El beato Isidoro Bakanja: laico del Congo, testigo de la fe, torturado durante largo tiempo por su misión, murió perdonando a su verdugo en 1909 (ChV,59).
  • El beato Pier Giorgio Frassati: murió en 1925, alegría contagiosa, atribuía el amor de Jesús visitando y ayudando a los pobres. (ChV,60).
  • El beato Marcel Callo: joven francés que murió el 1945; encerrado en un campo de concentración, donde confortaba a sus compañeros de cautiverio, en medio de duros trabajos (ChV,61).
  • La joven beata Chiara Badano: murió en 1990: experimentó cómo el dolor puede ser transfigurado por el amor. Plena confianza en el Señor, aceptación de la enfermedad. (ChV,62).
  • Que ellos y ellas intercedan por la Iglesia, para que esté llena de jóvenes alegres, valientes y entregados que regalen al mundo el testimonio de la santidad (ChV,63).

III. Ustedes son el ahora de Dios

Los jóvenes no son únicamente el futuro del mundo, son el presente y lo enriquecen con su aporte.  ¿Cómo son los jóvenes de hoy, qué les pasa ahora? (ChV,64).

  • No dejamos que las preguntas de los jóvenes se planteen en s novedad y sin aceptar su provocación. Cuando la Iglesia ed empática, esa cuestiones la enriquecen y se plantea preguntas inéditas (ChV,65).
  • El solo resaltar más y más defectos de los jóvenes crea más y más distancia (ChV,66).
  • El pastor ha de encontrar la pequeña llama que continúa ardiendo. Encontrar caminos allí donde otros solo ven murallas, posibilidades donde sólo se ven peligros. Valorar y alimentar las semillas de bien sembradas en los corazones de los jóvenes. El corazón de cada joven debe ser considerado “tierra sagrada”, portador de semillas de vida divina, ante quien debemos descalzarnos (ChV,67).
  • Pluralidad de mundos juveniles. La franja de edad considerada por el Sínodo (16-29) no representa un conjunto homogéneo, sino que está compuesta por grupos que viven situaciones peculiares (ChV,68).
  • En algunos países hay muchos jóvenes, en otros- por la tasa de natalidad- pocos. Los de una tradición religiosa y los de la tradición crsitiana. Jóvenes con posibilidades y sin ellas. (ChV,69). Y muchas otras diferencias (ChV,70).

En realidad la juventud no existe, existen los jóvenes con sus vidas concretas.Y hoy, muchas de esas vidas están expuestas al sufrimiento y a la manipulación.

  • Jóvenes de un mundo en crisis: jóvenes en contextos de guerra, de violencia (secuestros, extorsiones, crimen organizado, trata de seres humanos, esclavitud y explotación sexual, estupros de guerra etc.  Otros jóvenes son perseguidos por su fe. Otros metidos en la delincuencia, niños soldados, tráfico de dorga, terrorismo,… (ChV,72) Jóvenes ideologizados, presa de ofertas deshumanizantes (ChV,73). Jóvenes en exclusión y marginación. La difusión del VIH, las variadas formas de adicción, jóvenes y niños de la calle, sin familia y sin recursos económicos (ChV,74).  No seamos una Iglesia que no llora frente a estos dramas de sus hijos jóvenes. Quien no sabe llorar no es madre. Para que la sociedad sea también madre que en vez de matar aprende  a parir, para que sea promesa de vida. (ChV,75). ¿Yo  aprendí a llorar? Intenta aprender a llorar por los jóvenes que están peor que tú. La misericordia y la compasión también se expresan llorando. (ChV,76). A veces el dolor de algunos jóvenes es muy lacerante… Es un dolor que nos abofetea.  Felices los afligidos porque serán consolados” (Mt 5,4). mOjalá haya siempre cerca de un joven sufriente una comunidad cristiana que pueda hacer resonar esas palabras con gestos, abrazos y ayudas concretas (ChV,77). Hay una colonización ideológica que daña en especial a los jóvenes, donde los jóvenes acaban siendo material descartable (ChV,78). La cultura presenta un modelo de persona mjy asociado a la imagen de lo joven. Los cuerpos jóvenes son constantemente usados en la publicidad, para vender. (ChV,79). A veces hay rupturas generacionales, otras veces indiferencia generacional. (ChV,80).
  • Deseos, heridas y búsqueda: Los jóvenes reconocen que el cuerpo y la sexualidad tienen una importancia esencial para su vida y en el camino de su identidad. No es fácil mantener una adecuada relación con el propio cuerpo en una sociedad que tanto enfatiza en la sexualidad. La diferencia entre identidad masculina y femenina, a la reciprocidad entre hombres y mujeres y a la homosexualidad (ChV,81)

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LA PUERTA ABIERTA, Domingo XXI, ciclo C

Dividiré esta homilía en tres partes:

  • ¡La gloria de Dios!
  • ¿Serán muchos los que se salven?
  • ¡Rodillas vacilantes, caminad por una senda llana!

¡La gloria de Dios!

El profeta Isaías nos regala una visión maravillosa del futuro. No cree en un final catastrófico para la humanidad, sino en un desenlace lleno de gloria y luz. Para Isaías, un Dios de amor no permitiría que todo terminara en escombros.

Dios vendrá a reunir a todas las naciones y a mostrarles su belleza y su poder, no con un poder destructivo, sino con un poder que restaura y recupera lo perdido. Su plan es dar nueva vida y unir a toda la humanidad. Todo esto sucederá en el “monte santo” de Dios, desde donde su gloria se irradiará al mundo entero, atrayendo a todos los pueblos a una gran alianza de paz y belleza.

¿Serán muchos lo que se salven?

A la pregunta de cuántos se salvarán, Jesús responde invitándonos a entrar por la puerta estrecha. Él no nos pide esfuerzos imposibles ni que nos despojemos de todo, sino que seamos astutos y sagaces. Esta puerta no es la de la entrada triunfal, sino la del servicio humilde, por la que podemos pasar sin la necesidad de protocolos. La misión de Jesús es centrífuga: no se trata de esperar a que la gente llegue a un lugar sagrado, sino de salir y evangelizar al mundo entero. Los que intenten entrar por la puerta grande, llenos de orgullo, la encontrarán cerrada. En cambio, aquellos que actúen con sencillez —incluso los pueblos paganos—, podrán entrar y participar en el banquete del Reino. Al final, un corazón soberbio e incapaz de reconocer sus errores no puede pasar por esa puerta.

¡Rodillas vacilantes, caminad por una senda llana!

Nuestra fe nos recuerda que Dios es compasivo con nuestra fragilidad. No nos exige cosas inalcanzables, sino que se pone a nuestro lado, nos guía y nos comprende. Conoce nuestras vacilaciones y debilidades. Con un Dios así, es posible vivir con paz y honradez. Él es quien, en la estrechez, nos da un camino amplio para que podamos entrar sin dificultad a su Reino y sentarnos en su mesa.

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LA PASIÓN DEL PROFETA, Domingo XX, ciclo C

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APOSTAR POR LA CONFIANZA, Domingo XIX, tiempo ordinario, ciclo C

La liturgia de este domingo nos presenta un mensaje de profunda esperanza y una llamada a la confianza –esa virtud tan esquiva en un mundo lleno de desilusiones. A menudo, la vida nos golpea, erosiona nuestra capacidad de confiar. La incertidumbre nos acecha y la imperfección de lo humano se manifiesta. La Palabra de Dios -de este domingo nos invita a mirar más allá de lo evidente: a ¡apostar por la confianza radical!

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“BUSCAD LOS BIENES DE ARRIBA”: CONTRA LA AVARICIA Y EL CONSUMISMO, domingo 18, ciclo C

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“NO SABEMOS ORAR COMO CONVIENE”, Domingo XVII, ciclo C

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HOSPITALIDAD: LA VIRTUD EN TIEMPOS DE GLOBALIZACIÓN, Domingo 16 tiempo ordinario, ciclo C

Dividiré esta homilía en tres partes:

  • La hospitalidad: la virtud del mundo global.
  • La misteriosa hospitalidad de Abraham.
  • Aprender la hospitalidad: en Betania… Marta y María.
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¡AMA Y… TENDRÁS VIDA! Domingo XV, ciclo C

Dividiré esta homilía en cuatro partes:

  • El arte de amar es el arte de vivir
  • Entrar en la vida
  • Ser prójimo o no serlo
  • Aproximarse… pero ¿a quién?
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¡ENVIADOS A TRANSFORMAR EL MUNDO! Domingo 14 del tiempo ordinario, ciclo C

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LAS DOS COLUMNAS: PEDRO Y PABLO – Domingo 29 de Junio 2025

Hoy celebramos conjuntamente a dos personajes únicos en el origen de la Iglesia: Simón Pedro y Saulo de Tarso.

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