Tiempo de sobresaltos es el tiempo de Pascua: “unas mujeres nos han sobresaltado”, decían los discípulos de Emaús (Lc 24,22). Hoy podemos decir que, “las comunidades cristianas LGTB-I nos han sobresaltado”[1]. De ello hablamos, aunque con un cierto sigilo, aunque bien sabemos que la diversidad sexual está presente en la humanidad, en las religiones, en la Iglesia y también en el ministerio ordenado y en las diversas formas de vida consagrada. ¡No hay que alarmarse! ¡No hay que sobresaltarse! Escuchemos lo que el Espíritu nos dice a través de las “comunidades de diversidad sexual” y a través de las personas que forman parte de nuestros grupos, comunidades, familias. De seguro que llegará un momento en que se nos dirá:
“lo que yo digo en lo oculto, decidlo a la luz; lo que decís en voz baja, proclamadlo en las azoteas” (Mt 10,27).
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Deseo iniciar mi reflexión con un breve texto del papa Francisco en su Constitución Apostólica “Veritatis Gaudium”:
“El teólogo que se complace en su pensamiento completo y acabado es un mediocre. El buen teólogo y filósofo tiene un pensamiento abierto, es decir, incompleto, siempre abierto al maius de Dios y de la verdad, siempre en desarrollo» (VG, 3).
La teología hoy se siente interpelada por la comunidad de cristianos y cristianas LGTB+I, la comunidad de diversidad sexual. Esta comunidad nos plantea cuestiones que hemos dado por zanjadas, pero que todavía siguen pendientes. Es necesario, por ello, pulsar el botón para resetear y reconfigurar de nuevo el debate. Propongo dos claves:
- La eco-teología de la Creación y del Espíritu.
- El paradigma eclesiológico-pastoral de la inclusión y sus tres virtudes.
I.La Eco-teología de la Creación y del Espíritu
En el primer artículo de “Credo” confesamos:
1.“Creo en Dios Padre-Madre …. Creador”.
El Creador lo es desde su condición de Padre-Madre. Toda la creación tiene carácter filial y sagrado. Entre todos formamos una gran familia hermanada: hermano sol, hermana luna, hermana tierra…
Al concluir su obra “vio Dios cuanto había hecho y todo era muy bello” (וַיַּ֤רְא אֱלֹהִים֙ אֶת־כָּל־אֲשֶׁ֣ר עָשָׂ֔ה וְהִנֵּה־ט֖וֹב מְאֹ֑ד: Gen 1,31).
- La belleza-bondad de la creación del Dios Tri-uno se muestra en una espectacular biodiversidad, en admirables y complejas conexiones y relaciones: todo está interconectado[2].
- La creación de los seres humanos dio también inicio a una espectacular humano-diversidad que nunca llegaremos a comprender del todo. Es evolutivo el modo como Dios crea la vida humana (God’s way of creating life)”[3]. Por eso, los seres humanos son sorprendentes e inclasificables. Y siempre “imagen y semejanza de Dios”.
2. El inventario de lo creado y las clasificaciones
Las ciencias humanas se han ocupado de hacer el inventario de todo lo creado y de clasificarlo.Tarea honrosa, pero siempre deficiente.
También el ser humano ha sido clasificado desde los más variados criterios: uno de ellos y decisivo ha sido el binario heterosexual: hombre o mujer, comprendido tradicionalmente desde la clave de la complementariedad.
Hoy, en el siglo XXI, descubrimos la sorprendente bio-diversidad de “lo humano” y la compleja gama de tendencias en la sexualidad humana -tal como nos dicen psiquiatras y psicólogos-; desde ahí se cuestiona el dualismo binario heterosexual; y hasta se constata que el concepto moderno de homosexualidad es un constructo cultural relativamente tardío.
Entonces, la teología se pregunta: ¿forma parte del proyecto del Creador esta nueva forma de ver la realidad o se trata, más bien, de una desviación? La respuesta teológica nos lleva a la interdisciplinariedad: al diálogo serio y recíproco con la ciencia, la filosofía y a la espera de que el Espíritu de la Verdad guíe y dirija nuestros razonamientos para acercarnos cada vez más a la verdad [4]. La teología de la creación se vuelve cada vez más ecuménica[5].
3. El Mesías de la inclusión
El Espíritu nos hace hoy ver con enorme convicción que Jesús fue el Mesías de la inclusión, y no de las exclusiones: su misma comunidad de los 12 y las mujeres-discípulas, con sus enormes diferencias internas, ya lo mostraba… No se nos dice si la suya era una comunidad de diversidad sexual; pero podría serlo. Cuando Jesús aludió a los “eunucos por el Reino de Dios”[6]los incluyó en la gran Alianza para que no puedan decir más:
“no soy más que un árbol seco… A los eunucos que mantengan mi alianza les daré dentro de i casa y de mis muros, parte y renombre mejores que hijos e hijas… Les daré nombre eterno que no será borrado” (Is 56,3-7)[7].
Jesús, en su etapa profética, se preguntó: “¿quiénes son mi madre y mis hermanos?”. También Pablo interpretó adecuadamente la humano-diversidad, cuando dijo que en Cristo Jesús todos somos “uno” y no hay distinción entre judío o gentil, hombre o mujer, esclavo o libre… Nada extraño que el Espíritu de Jesús quiera reconfigurar la Iglesia desde la no-exclusión y casi diríamos desde una “hospitalidad radical” y desde visiones de totalidad:
“Sólo la totalidad es sagrada” (Gregory Bateson).
II. El paradigma eclesiológico-pastoral de la inclusión y sus tres virtudes[8]
La posición de la Iglesia católica respecto a la comunidad LGTB+I se ha mostrado en el nuevo Catecismo de la Iglesia católica, en el apartado dedicado al sexto mandamiento (nn. 2331-2400)[9]y concretamente en los nn. 2358-2359. Allí se pide que quienes tengan “tendencias homosexuales” sean acogidos/as con respecto, compasión y sensibilidad[10], evitando “todo signo de discriminación”.Pero se describe la homosexualidad como una “inclinación objetivamente desordenada”. Cuando una mujer norteamericana, madre de un hijo gay de 14 años, escuchó este texto, exclamó: “¡Una frase así puede destruir a mi hijo!”. Dejo, de momento, este segundo elemento del Catecismo, para centrarme en las tres virtudes de la inclusión que el mismo Catecismo propone: respeto, compasión y sensibilidad.
1. Respeto
Los cristianos LGTB merecen respetoporque han entrado por la puerta de la Vida en el Espíritu, que es el bautismo, porque forman parte del pueblo de Dios y son miembros de la Iglesia de pleno derecho (CICat, 1213). Se muestra respecto cuando:
- Se reconoce y visibilizaa la comunidad LGTB dentro del pueblo de Dios.
- Se llama a esta comunidad por el nombrecon que ella quiere ser denominada: LGTB+I y se evita cualquier denominación que le resulte ofensiva. Elcardenal Blase Cupich, arzobispo de Chicago se dirige a ellos como “nuestros hermanos gay, nuestras hermanas lesbianas, nuestros hermanos transgénero”.
- Se les honra, tras el desprecio, la marginación e incluso homofobia sufrido:“Dios ha formado el cuerpo dando más honor a los miembros que carecían de él para que no hubiera división alguna en el cuerpo, sino que todos los miembros se preocuparan lo mismo los unos de los otros” (1 Cor 12,24-25).
- Se agradece a Dios por los dones que a través de ellos nos concede: el don de su perseverancia-a pesar de incomprensiones y humillaciones-, su capacidad de perdón-a pesar de nuestras ofensas-, su entrega evangelizadora, su cua capacidades individuales, su santidad, su ministerialidad -pertenezcan al laicado, al ministerio ordenado o a la vida consagrada. Los cristianos LGTB están llamados a la santidad y de seguro que en tantos de ellos ha florecido[11]: los santos y santas gays, lesbianas o bisexuales: ¡eso puede apreciarse basándose en sus escritos, en lo que conocemos de sus vidas! Ser gay o lesbiana no es pecado[12].
- Respetar el lugar de trabajo, el grupo al que se pertenece; y no dar lugar a la selección basada en discriminación; lo cual no es ni humano ni evangélico.
2. Compasión
La lógica de la compasión brota de cuatro verbos: acercarse, escuchar, defender y cuidar.
- Acercarse: El papa Francisco- en la homilía a un grupo de nuevos cardenales en 2015- les dijo: “lo que importa, sobre todo, es alcanzar a quienes están lejos, curar las heridas de los enfermos, restaurar la familia de Dios. ¡Y esto es escandaloso para algunas personas!
- Escuchar:si no preguntas, no escuchas; si no escuchas no conoces lo que está sucediendo en un hombre gay, a una mujer lesbiana a una persona trans-gender: cómo viven, qué experimentan, cuál es su experiencia de Dios, de Jesús, de la Iglesia, qué esperan, qué añoran, porqué rezan..
- Defender:en más de 70 países las relaciones con el mismo sexo son un crimen; en 13 países el simple hecho de ser gay o bisexual es punible con la muerte; recordemos la masacre en un club nocturno gay en Orlando el 2016. la Iglesia de Jesús tiene la obligación moral absoluta moral de ponerse públicamente al lado de sus hermanos y hermanas.
- Cuidar:Sabemos de los no pocos intentos de suicidio en el grupo LGTB. El Catecismo de la Iglesia católica que ha de ser evitado “cualquier signo de discriminación injusta”, ayudando, defendiendo y cuidando.
3. Sensibilidad
Ser sensibles ante la comunidad ante la comunidad LGTB+I quiere decir dejarnos afectar. El cardenal de Viena, Christoph Schönborn, cuenta que una pareja gay que él conoció, transformó su modo de entender a la gente.
La sensibilidad nos ha de llevar a cambiar nuestro lenguaje oficial. La afirmación del Catecismo que afirma que la tendencia homosexual es “una inclinación objetivamente desordenada” (CICat, 2358)[13]debe ser suprimida. Muchos cristianos LGTB se sienten heridos por esta consideración, porque supone su condición sexual infecta todo lo que aman y hacen. Se trata de una frase innecesariamente cruel. Varios obispos durante el sínodo sobre la Familia pidieron la supresión de esta idea. En 2016, un obispo australiano, Vincent Long Van Nguyen, dijo en una conferencia:
“No podemos hablar sobre la integridad de la creación, el amor universal e inclusivo de Dios, mientras al mismo tiempo choquemos con las fuerzas de opresión en el maltrato de las minorías raciales, mujeres y hombres homosexuales… No nos relacionamos con amor y compasión con las personas gay o lesbianas cuando y añadimos que su sexualidad está intrínsecamente desordenada”.
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En la Iglesia católica nos sentimos sobresaltados. Estas dos últimas décadas nuestra relación con la comunidad LGTB+I ha sido eludida, al menos oficialmente. Mientras los grupos más tradicionales lo tienen claro: las uniones del mismo sexo son inmorales[14]; los cristianos revisionistas ven en este tema una oportunidad para que la iglesia consagre las uniones del mismo sexo como testimonio de amor y fidelidad ante la promiscuidad, el divorcio, el destrozo causado por determinadas experiencias sexuales[15].
Hemos de continuar nuestro discernimiento teológico y una praxis pastoral desde la verdad, la humildad y la búsqueda de nuevos caminos de encuentro y de comunión.
En este momento se nos pide “repensar la herencia recibida”. “Soñando lo imposible, llegaremos a lo imprevisible”. El Espíritu realizará su obra. Y viene muy bien concluir esta reflexión con un texto extraído de la última exhortación apostólica del Papa Francisco “Gaudete et Exultate” que nos dice:
“No tengas miedo de la santidad. No te quitará fuerzas, vida o alegría. Todo lo contrario, porque llegarás a ser lo que el Padre pensó cuando te creó y serás fiel a tu propio ser. Depender de él nos libera de las esclavitudes y nos lleva a reconocer nuestra propia dignidad” (GE, 32).
I. La Eco-teología de la Creación y del Espíritu
- “Creo en Dios Padre-Madre …. Creador”.
- El inventario de lo creado y las clasificaciones
- El Mesías de la inclusión
II. El paradigma eclesiológico-pastoral de la inclusión y sus tres virtudes
[1]LGTB+I: sigla del colectivo de personas Lesbianas, Gais, Transsexuales, Bisexuales e Intersexuales. También hay un colectivo cristiano-ecuménico que se integra en este Colectivo más global. Aquí deseo establecer un diálogo con el colectivo cristiano-ecuménico y las personas de diversidad sexual presentes en la Iglesia y en nuestras comunidades.
[2]Veli-Matti KärkkäinenA constructive Christian Theology for the pluralistic World: Volume 3: Creation and Humanity,William B. Eerdmans Publishing Company, Grand Rapids -Cambridge, 2015.
[3]Robert J. Russell, “Special Providence and Genetic Mutation: A New Defense of Theistic Evolution”, en Keith Miller (ed.),Perspectives on an evolving Creation, Eerdmans Publishing Company, Grand Rapids, 2003, pp. 191-223.
[4]Cf. John Polkinghorne, Theology in the Context of Science,Yale University Press, New Haven and London, 2009. chap. 1. Philip Clayton, Adventures in the Spirit: God, World, Divine Action, Fortress, Minneapolis, 2008, pp. 22-37.
[5]Hay quienes ateniéndose a los siete pasajes bíblicos que se refieren a la homosexualidad, defienden sin más la doctrina tradicional de la Iglesia católica. Otros, enfatizando en lo contextual y las limitaciones históricas de cada texto reducen el contenido a genéricas afirmaciones sobre el amor y la justicia -según la sabiduría bíblica-. Un acercamiento más serio a los textos bíblicos requiere atender a cuatro áreas cruciales: la forma de entender la relación masculino-femenina, el lazo matrimonial, la procreación y el celibato, la interpretación de Rom 1,24-27 -desde ese trasfondo-, y el análisis desde esta perspectiva de los demás textos. En todo este conjunto, se defiende que no se encuentra en la Biblia la idea de la “complementariedad masculino-femenina”: cf. James V. Brownson, Bible, Gender, Sexuality: reframing the Church’s debate on Same-sex relationships, B. Eerdamns Publishing Co., Grand Rapids, 2013; James Alison, Faith beyond resentment: fragments catholic and Gay, Crossroad, New York, 2001. Peter Lønning, ed., Creation — an Ecumenical Challenge. Reflections Issuing from a Study by the Institute for Ecumenical Research, Strasbourg, France, Mercer University Press, Macon 1989; Cf. John Polkinghorne,Theology in the Context of Science,Yale University Press, New Haven and London, 2009. chap. 1; Philip Clayton, Adventures in the Spirit: God, World, Divine Action, Fortress, Minneapolis, 2008, pp. 22-37.
[6]Cf. José Cristo Rey García Paredes, “Celibato profético: “Eunucos por el Reino de Dios”, en El “encanto” de la vida consagrada: una Alianza y tres Consejos, San Pablo, Madrid, 2015, pp. 142-149.
[7]“La figura del eunuco sirve como un símbolo el efecto del reino de Dios en el cuerpo del creyente y como figura que supera la división entre varón y mujer… El eunuco es una figura que no solo viola el dualismo binario heterosexual, sino que no puede participar en él. Incluso como figura del celibato, renuncia a las formas y prácticas del paradigma binario” J.D. Hester, Eunuchs and the postgender Jesus: Matthew 9,12 and transgressive sexualities, “Journal for the Study of the New Testament” 28 (2005), 38.
[8]Esta parte está fundamentalmente inspirada en el reciente libro de Martin, James,Building a Bridge: How the Catholic Church and the LGTB Community can enter into a relationship of Respect, Compassion and Sensitivity, Kuperad, London, 2018.
[9]1. Hombre y mujer los creó… 2. La vocación a la castidad. 3. El amor de los esposos. 4. Las ofensas a la dignidad del matrimonio. Resumen.
[10]“Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y sensibilidad. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición” (CICat, 2358). “Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior y, a veces, mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana” (CICat, n. 2359).
[11]Papa Francisco, Gaudete et Exultate. Sobre el llamado a la santidad en el mundo actual.
[12]Es interesante recordar aquí lo que el Papa Francisco dice en su Exhortación apostólica sobre el Llamado a la Santidad: “nadie se salva solo, como individuo aislado, sino que Dios nos atrae tomando en cuenta la compleja trama de relaciones interpersonales que se establecen en la comunidad humana: Dios quiso entrar en una dinámica popular, en la dinámica de un pueblo.” (GE,6). Y también dice en otra parte: “Así, cada santo es un mensaje que el Espíritu Santo toma de la riqueza de Jesucristo y regala a su pueblo” (GE, 21).
[13]“Designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanente en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura… la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados”. Son contrarios a la ley natural… No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso” (CICat, 2357). “Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba” (CICat, 2358).
[14]John R. W. Stott, Same-Sex Partnerships? A Christian Perspective(Grand Rapids: F. H. Revell, 1998); Stanley J. Grenz, Welcoming But Not Affirming: An Evangelical Response to Homosexuality(Louisville: Westminster John Knox, 1998); Robert A. J. Gagnon, The Bible and Homosexual Practice: Texts and Hermeneutics(Nashville: Abingdon, 2001);William J.Webb, Slaves, Women and Homosexuals: Exploring the Hermeneutics of Cultural Analysis(Downers Grove, IL: InterVarsity, 2001); Thomas E. Schmidt, Straight and Narrow? Compassion and Clarity in the Homosexuality Debate(Downers Grove, IL: InterVarsity, 1995); Marion L. Soards, Scripture and Homosexuality: Biblical Authority and the Church Today (Louisville: Westminster John Knox, 1995).
[15]David G.Myers and Letha Scanzoni, What God Has Joined Together: A Christian Case for Gay Marriage(San Francisco: HarperSanFrancisco, 2005); William Stacy Johnson, A Time to Embrace: Same-Gender Relationships in Religion, Law, and Politics(Grand Rapids: Eerdmans, 2006); Eugene F. Rogers,Sexuality and the Christian Body: Their Way into the Triune God, Challenges in Contemporary Theology (Oxford: Blackwell, 1999); Jack Bartlett Rogers, Jesus, the Bible, and Homosexuality: Explode the Myths, Heal the Church, rev. ed. (Louisville: Westminster John Knox, 2009).
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Gracias por esta reflexión, que fortalece el esfuerzo para vivir el evangelio de una manera más radical. Gracias por la fuerza que estas palabras le imprimen a mi labor como religioso marista en favor de la juventud LGBT. gRACIAS